ISSN 2709-9164
https://doi.org/10.53940/reys.v3i6.97 Vol. 3(6) 2022
Sentidos acerca de la Educación para la Paz de
maestros en territorios de conflicto armado colombiano
Meanings about Education for
Peace of teachers in Colombian armed conflict territories
Juan Carlos Gómez Barriga1
Citar
como: Gómez, J. C. (2022). Sentidos acerca de la Educación para la Paz de
maestros en territorios de conflicto armado colombiano. Revista Educación y
Sociedad, 3(6), 11-20. https://doi.org/10.53940/reys.v3i6.97
Artículo
recibido: 28-09-2022
Artículo
aprobado: 30-11-2022
Arbitrado por pares
El presente artículo muestra algunos sentidos sobre la
Educación para la Paz a partir de reflexiones hechas en las narrativas de
maestros en territorios de conflicto armado colombiano. La investigación se
abordó desde el enfoque cualitativo (Vasilachis, 1992, 2006), a partir del
diseño de análisis narrativo (Connelly y Clandinin, 1995; Clandinin and
Connelly, 2000; Riessman, 2001, 2005, 2008), haciendo uso de la entrevista
narrativa como instrumento para la recolección de datos. Los resultados
mostraron la importancia de reconocer las voces de los maestros para la
comprensión de la paz y la Educación para la Paz a partir de sus saberes,
acciones y experiencias.
Palabras
clave: educación para la paz, sentidos, maestros, conflicto armado
This
article shows some meanings about Education for Peace based on reflections done
from teacher’s narratives in territories of Colombian armed conflict. The
research was approached from a qualitative approach (Vasilachis, 1992, 2006),
based on narrative’s design analysis (Connelly and Clandinin, 1995; Clandinin
and Connelly, 2000; Riessman, 2001, 2005, 2008), using narrative interviews as
a tool for data collection. The results showed the importance of recognizing
teacher’s voices for peace comprehension and Education for Peace based on
knowledge, actions and experiences.
Key words: peace education, meanings, teachers, armed conflict
1
Secretaría
de Educación Distrital de Bogotá (Colombia). jucagomezb@correo.udistrital.edu.co https://orcid.org/0000-0001-8691-9912
Nota: El presente artículo hace parte de la tesis para
Optar al Grado de Doctor en Educación en el marco del programa del Doctorado
Interinstitucional en Educación de la Universidad Francisco José de Caldas en
el énfasis Lenguaje y Educación, línea de investigación: Narraciones,
Argumentaciones, Justificaciones y Discurso en la Formación Ética y Política,
bajo la dirección de la Dra. Marieta Quintero Mejía.
Introducción
Los estudios sobre la Educación para la Paz (EP) en
los contextos europeo y norteamericano, se sitúan, desde la postura de Jares (1995,
1999), a inicios del siglo XX con el fin de reflexionar
sobre las guerras que azoran al mundo. Grasa (1996) también afirma que la EP nació inicialmente
en los años veinte y treinta gracias a los distintos movimientos pedagógicos
que, a raíz de los hechos sucedidos en la I Guerra Mundial, vieron la necesidad
de generar estrategias para la construcción de acciones pacíficas en la
escuela. Por su parte, Hicks (1993) otro teórico de la paz manifiesta que los
orígenes de la EP, como práctica pacífica, es tan vieja como la guerra. No
obstante, en un sentido más formal, su origen hace parte, por un lado, de la
educación libertaria y la educación para la comprensión internacional, y por
otro, de la Investigación para la Paz (IP).
En lo que concierne a la noción de la EP, Hicks (1993)
manifiesta: “La educación para la paz, es pues, una tentativa de responder a
los problemas de conflicto y de violencia en escalas que se extienden desde lo
global y lo nacional a lo local y personal” (p. 23). Esta consideración sobre
la EP devela el interés de Hicks por reflexionar sobre el tema de la violencia
estructural porque, según el investigador, vivimos en crisis interconectadas
que van desde el aumento de la pobreza a la disminución de libertades civiles,
pasando por la violación de los DDHH, el aumento del militarismo y los
gobiernos autoritarios, hechos que van cimentando violencias en las sociedades.
El primer organismo que brinda directrices mundiales
sobre la EP es la UNESCO. Sus acciones, desde la II Guerra Mundial, han estado
orientadas a la cooperación y la comprensión internacional sobre los asuntos de
la guerra, la paz y su tratamiento desde el entorno escolar. Desde su inicio,
la UNESCO ha tenido dos metas permanentes. Por un lado, situar la educación, la
ciencia y la cultura al servicio de los DDHH —y sus ideales afines a la
justicia, la libertad y solidaridad—. Y, por otro, desarrollar precisamente la
educación, la ciencia y la cultura para contribuir al progreso social y el
bienestar de la humanidad en la lucha contra la discriminación y las desigualdades
(Saban, 2003).
Así las cosas, la UNESCO plantea la necesidad de
reformular los modelos pedagógicos y los estilos de enseñanza y aprendizaje
tradicionales, de tal manera que el ejercicio educativo sea encaminado a
definir temas y acciones que posibiliten la construcción y consolidación de una
Cultura de Paz (CP). Esta es entendida como un proceso de construcción de
valores, comportamientos y formas de relacionamiento con los otros, en los
cuales primen las acciones de tolerancia y respeto. Esto significa que la EP es
un ejercicio transversal en la escuela y no una materia más del currículo
escolar.
Educar para la paz, en esta perspectiva, es educar
también para el conflicto, lo que significa en últimas develar las formas de
violencia —directa, estructural, cultural y simbólica— que se anidan en las
sociedades, de tal manera que lo sujetos establezcan juicios críticos al
respecto y así se logre promover lo que Fisas (2011) denomina «Cultura de Paz».
Esto es, comportamientos cotidianos que reflejan las formas pacíficas en las
relaciones de los seres humanos y que favorecen la construcción de la paz y el
bienestar colectivo. Bienestar que no puede estar sujeto sólo a lo local, sino
que, por el contrario, debe contemplar al sujeto como un ser planetario.
Para consolidar una verdadera EP, el propio Fisas
(2011) manifiesta que es necesario cambiar la forma de pensar porque es,
precisamente, allí donde se alojan las formas de comportamiento violento. “La
violencia es siempre un ejercicio de poder, sean o no visibles sus efectos, y
como tal, puede manifestarse en cualquier esfera de nuestra vida, en lo
cultural, lo económico, lo político o lo doméstico” (p. 5). Sin embargo,
cambiar la mentalidad y las formas de comportamiento arraigadas en la cultura
es un ejercicio que demanda no sólo tiempo, sino esfuerzos colectivos en
tiempos sostenidos.
De acuerdo con lo expuesto, al hablar de EP, no se
pueden desconocer las dinámicas sociales ya que éstas corresponden con la
materialización de las acciones de la escuela en mayor o menor medida. Es
decir, la consolidación de valores sociales en un grupo puede rastrearse en sus
instituciones educativas y, por el contrario, la práctica de antivalores o la
ausencia de todo tipo de comportamiento ético y moral es reflejo de la carencia
de prácticas de formación.
Ahora bien, al hablar de la institución educativa como
garante de la EP por medio de la transformación de prácticas de formación y
comportamientos, es preciso afirmar que la escuela debe revisar el currículo
oculto toda vez éste supera en gran medida las dinámicas del currículo
explícito. Si en el currículo abierto —o explícito— se generan formas de
violencia por la imposición de saberes o el disciplinamiento de los cuerpos, en
el oculto, este tipo de acciones o se agudizan, en algunos casos, o por el
contrario, surgen nuevas formas de relación entre los actores educativos. Estas
últimas acciones pueden estar referidas a formas de respeto, prácticas
educativas innovadoras —que se oponen a las directrices establecidas en los
planes educativos— las cuales deben aprovecharse para promover distintas formas
de relación con los otros en el marco del respeto y la ética.
En el caso colombiano, si bien no existe una política
pública sobre la EP como sí la hay sobre la Educación en Derechos Humanos, se
evidencian avances en este campo desde dos perspectivas. Por un lado, el
Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz
estable y duradera (2016), en el cual se establece la creación de programas para
la apropiación del Acuerdo —Pedagogía y didáctica del Acuerdo— y la
construcción de una CP así como el fortalecimiento de la educación para la
democracia. Y, por otro, la Ley 1732 de 2014 o Cátedra de la Paz que se
convirtió en una iniciativa para fomentar ambientes pacíficos en las
instituciones escolares. No obstante, algunas de las problemáticas que ha
tenido esta Cátedra es su implementación como una asignatura más del currículo
escolar y a trabajar la EP y la CP como temas y no como prácticas esenciales en
la realidad cotidiana de las escuelas —currículo oculto—.
En relación con lo expuesto, en el presente estudio se
pudo evidenciar que las escuelas han abierto espacios para la reflexión y
deliberación sobre las formas de violencia del conflicto armado interno que han
encontrado un nicho en los territorios rurales para su reproducción, asumiendo
la Cátedra de la Paz no como una asignatura sino como un proyecto de los
territorios. La finalidad de estos espacios es, justamente, que las prácticas
pedagógicas ayuden a transformar los lenguajes y las acciones de violencia o,
lo que es lo mismo, las maneras como se ha hecho cuerpo la violencia en la
cultura, y crear escenarios para fomentar el respeto y la convivencia con el
otro. En esta tarea, las narrativas de los maestros mostraron los sentidos
construidos sobre la paz y la EP y, a partir de esto, se logró establecer
nuevas formas de comprensión de la guerra y los asuntos de paz desde una óptica
territorial.
Metodología
El objetivo del presente estudio fue comprender los sentidos sobre
Educación para la Paz (EP) que emergieron de narrativas de maestros en zonas de
conflicto armado colombiano (Huila y Caquetá) y su incidencia en la práctica
educativa. Para dar cuenta de ello, se extrapolaron nociones desde la
literatura trabajadas por Bajtín (1982) para ser usadas como categorías de
investigación: sentido, comunicación dialógica, polifonía, enunciados y
cronotopos.
En cuanto a la noción de «sentido» Bajtín (1980, como se citó en Silvestri
y Blanck, 1993), alude a los distintos significados que dotan de conocimiento a
los sujetos respecto a un hecho de la realidad, se forma a partir de tres
elementos esenciales: saberes, prácticas y experiencias. Los saberes sobre las
violencias del conflicto armado interno así como la paz, las prácticas
pedagógicas de los docentes en las instituciones para construir relaciones
pacíficas y sus experiencias de vida en el conflicto armado, en conjunto,
permitieron comprender los sentidos que tienen los maestros sobre la EP y el
lugar que ésta ocupa en contextos de violencia producto del conflicto armado
interno en el país. Tales sentidos fueron develados por medio de narrativas
adoptando un enfoque de investigación interpretativo como fuente para su
comprensión.
Para la sistematización de las entrevistas se usó el análisis
dialógico/performativo propuesto por Riessman (2008). Este tipo de análisis
enfatiza en el carácter interpretativo de los datos construidos en el trabajo
de campo. De acuerdo con la investigadora Riessman (2005, 2008), es importante
conocer el contexto, toda vez que éste tiene una gran influencia en los sujetos
participantes. Por tal razón, se realizaron visitas a los territorios, a las
escuelas y a los contextos de vida de los maestros para conocer de cerca su
realidad cotidiana y sus comprensiones sobre los asuntos de paz previstos en
sus narrativas.
Tanto para Connelly y Clandinin (1995), como para Riessman (2008), las
narrativas se construyen de pequeños relatos de vida con una sucesión temporal
en espiral. En estos relatos se ilustran ciertos hechos particulares en la vida
de los sujetos —las experiencias de vida de los maestros para hablar de
violencia y paz—, que no sólo se constituyen en el lenguaje sino también en
actos, que ponen en escena formas corporales de auto-representarse y enunciarse
como sujeto.
Figura 1. Esquema general de la investigación
Para
alcanzar el propósito establecido y responder a la pregunta de investigación,
se abordó este estudio desde el enfoque cualitativo (Vasilachis, 1992, 2006), a
partir del diseño de análisis narrativo (Connelly y Clandinin, 1995; Riessman,
2000, 2005). En este análisis se apostó por el acopio de nociones del
pensamiento bajtiniano —comunicación dialógica, enunciado, polifonías y
cronotopos—, las cuales se constituyeron en unidades interpretativas y
comprensivas para dar cuenta del objeto de investigación (EP), situándolas en
el ámbito educativo.
La
construcción de datos (Schöngut y Pujol, 2015) se llevó a cabo por medio de la
entrevista narrativa (Atkinson, 1998, 2002), que, como herramienta de
investigación, ayudó a la comprensión de experiencias de vida no solo
individuales (maestros) sino colectivas (territorio). Este tipo de entrevista
permitió la interacción entre los participantes del proceso investigativo
—maestros e investigador— en la cual se pusieron en juego acciones, usos del
lenguaje, enunciados, formas de escucha y gestualidades que en esencia mostraron
eventos vividos por los protagonistas gracias a una comunicación dialógica.
Para Bauer (1996, como se citó en Atkinson, 1998), la entrevista narrativa es
la reconstrucción de acontecimientos sociales —individuales o grupales— desde
la perspectiva de los informantes a través de una conversación de carácter
narrativo, para el caso del estudio, la reconstrucción de hechos de violencia y
paz en zonas de conflicto armado, por parte de maestros, y las acciones
pedagógicas de paz llevadas a cabo en escuelas rurales.
De acuerdo con
lo expuesto, se considerar0n las siguientes rejillas para la recolección y
organización de la información:
Tabla 1. Identificación de cada maestro
en la entrevista narrativa
IDENTIFICACIÓN
DE LOS MAESTROS |
||||
Entrevista narrativa No. _____ |
Género:
Feminino (F) Masculino (M) Otro (O)
|
Edad: |
||
Campo disciplinar (área): ______________________________ Institución:
_________________________________________ Ciudad y Municipio: ______ ____________________________ |
Tiempo en la docencia |
|||
CODIFICACIÓN DE LA INFORMACIÓN |
||||
1 |
|
(E), (M) (P) (T) (X)
(AH)| |
||
2 |
|
|||
3 |
|
|||
4 |
|
|||
Luego de esta identificación, se codificó el contenido
de la entrevista narrativa: a) identificación de número en cada línea, b) uso
de distintos colores para señalar: enunciados (E), actos de habla, (AH)
metáforas (M), formas temporales (T) espacios (X), prácticas (P), polifonías
(PF). Una vez se codificó cada línea de la narrativa
transcrita asignando los códigos, se procedió a organizar la información
teniendo en cuenta el siguiente cuadro:
Tabla 2. Estrategias
de recolección y organización de información
ESTRATEGIA
DE RECOLECCIÓN Y ORGANIZACIÓN DE INFORMACIÓN |
||||
Nivel |
dimensión |
Categorías |
subcategorías |
indicadores |
Experiencia humana en asuntos de Paz |
Comunicación
dialógica |
Enunciados |
Sujetos discursivos |
-Quiénes participan de las experiencias narradas. Interacciones con la alteridad-polifonías - Cómo participan en las experiencias -Imputaciones - Actos
éticos-responsabilidades |
Saberes |
- Significados de paz. - valoraciones atribuidas a la Paz -guerra - Metáforas usadas sobre Paz y guerra |
|||
|
- Experiencias individuales o colectivas en la escuela o comunidad |
|||
Prácticas |
-Acciones comunitarias de resistencias a los modos de violencia |
|||
Cronotopos |
- Tiempos de la (s) experiencia(s) humana(s) - Espacios de la (s) experiencia(s) humana(s) |
Resultados
La presente investigación partió de la problematización acerca de los
sentidos que le otorgan los maestros a la Educación para la Paz (EP) en sus
prácticas pedagógicas. Estos sentidos emergieron en las narrativas de doce
maestros que habitan distintos territorios colombianos afectados por el conflicto
armado interno en los departamentos de Caquetá y Huila. Cabe mencionar que los
nombres de los profesores participantes fueron cambiados para proteger su
identidad y sus relatos fueron usados bajo un consentimiento informado.
Del
análisis de doce relatos de los maestros participantes, se seleccionaron y
analizaron a profundidad tres entrevistas narrativas las cuales fueron
seleccionadas bajo los siguientes criterios: a) experiencias directas del
maestro en el conflicto armado; b) experiencias en la escuela en temas de Paz;
c) tiempo desempeñado por el maestro en la labor docente (más de 10 años); d)
edad (sin límite de edad); e) labor pedagógica de los docentes en escuelas
rurales, f) labor del maestro en la comunidad (líderes comunitarios); g)
maestros que hayan permanecido desde su infancia en los territorios en los
cuales ha transcurrido su experiencia como sujeto y como formador.
Las
voces de estos tres maestros, como sujetos y fuente de relatos, sirvieron para
comprender tres elementos fundantes en la construcción de sentidos sobre la EP
previstos en los propósitos específicos de la presente tesis. Por un lado, se
buscó develar los saberes que los maestros han construido sobre la EP en sus
territorios. En segundo lugar, reconocer cómo estos saberes inciden en sus
prácticas pedagógicas tanto en las aulas de clase como en contextos
comunitarios. Y, en tercer lugar, conocer e interpretar experiencias de vida,
de estos maestros en tiempos y espacios
—cronotopos— particulares, sobre el conflicto armado que les permitieran crear
escenarios de deliberación pública sobre la EP. Hay que decir que, para el
mismo Bajtín (1982), la noción de sentido funciona a manera de intersección
entre el significado (qué es) y la valoración (cómo es). En el marco de este
estudio esto correspondió a lo que para los maestros es la EP —su saber— y el
valor atributivo que le confieren como fenómeno social en su quehacer
pedagógico —sus acciones—.
A partir de lo expuesto se procederá a
presentar apartes de la interpretación global de los relatos de cada uno de los
docentes:
Tabla 3. Resultados de las entrevistas narrativas
Entrevista |
Saberes |
Acciones |
Narrativa No. 1: Yo diría
que lo primero es reconocer lo que ha pasado y quiénes han sido los actores
del conflicto, quiénes han sido las víctimas |
- Existencia de violencias directas y estructurales - Impacto social (carencias territorio) y simbólico
(comportamientos sujetos) - Pérdidas
humanas como patrimonio territorial - Representación social/habitus colectivos Reconocimiento del pasado para comprenderlo y
construir discursos/acciones sobre Paz -
Conocimientos sobre la Cátedra de Paz - Nociones de Paz positiva/negativa - Paz como principio comunitario/Territorial |
- Estrategias didácticas (mesas redondas, debates)
/cartografía social/víctimas- Tertulias sobre la Paz (escuela y comunidad) - Escritura
para la construcción de Paz (herramienta expresión emocional) Relatos y
testimonios (reconocimiento de la alteridad /dimensión ser humana /vulnerabilidad) conocer experiencias
colectivas - Acompañamiento a familias (fracturas/apoyo
emocional) - Lenguaje: permite construir nuevas realidades - Maestro: Sujeto responsabilidad y compromiso
social (conocer el pasado/construir futuros) |
Narrativa No. 2: Si la paz no se vuelve una
cultura como ha sido la violencia, pues la paz es simplemente un discurso, no
una vivencia |
- Saberes sobre las leyes se restitución de tierras
(de víctimas/desplazamiento) - Construye
un saber del conflicto desde lo corporal (corporeidad de los sujetos)
- Cuerpo como un lugar de comprensión de la Paz (no
sólo la teoría /sentir la Paz) - Cátedra de Paz, pero ajena a la realidad/sacarla
del currículo-proyecto) - Nociones de
Paz positiva /bienestar restitución |
- Trabajo con las madres para reproducir acciones
y educar para la paz - La guerra/paz
desde lo colectivo (kantiana) - Educar en actitudes/ corporal - Recurre a la
memoria de pasado para enseñar el Conflicto armado - trabajo colectivo como forma de construcción de
paz (desfiles, teatro, eventos culturales) /fundó un colegio lema de Paz - Lenguaje
como un eje de la violencia/construir paz - Arte para la paz como un anhelo/esperanza del buen
vivir |
Narrativa No. 3: El lenguaje es una herramienta
poderosa. Uno usa historias fabulosas para mostrar a los niños lo que pasó,
mostrarles que hay caminos para hacer la paz |
- Saberes
empíricos de las armas /participar en el combate - Construcción social /experiencia violencia - Territorio disputas por siembra de coca - Lenguaje genera violencias/odios y disputas
(corporal y discursivo) - Educar la conducta humana lograr la paz - Conocimientos sobre la Catedra de Paz/Cultura de
paz - Nociones de
Paz decolonial/contrahegemónica - Paz como
construcción social |
- Estrategias
aula (cartografía, líneas de tiempo/memoria colectiva/ El papel de la memoria
construcción de paz - Proyectos
comunitarios (desplazadas) - La paz positiva /Cultura de Paz (construir,
reparar, ayudar) - convivencia social (acuerdos, diálogos) - Lenguaje:
permite construir estructuras de violencia y nuevas realidades (cultura de
paz) - la paz como una vivencia |
Conclusiones
De
acuerdo con esta interpretación de resultados, se presentarán a continuación
algunas de las conclusiones y los hallazgos correspondientes a ciertos sentidos
sobre la Educación para la Paz que emergieron del encuentro dialógico con los
profesores en los territorios, a través del uso de entrevistas narrativas y del
posterior análisis de estos relatos.
Primer sentido: La Paz y la EP como una
relación comunitaria
Uno
de los primeros sentidos hallados en los relatos de los es la comprensión de la
paz, y su orientación educativa, como una relación comunitaria. Este aspecto es
interesante ya que pensar la paz como una relación con los otros en la
cotidianidad se opone, de alguna manera, a los imaginarios sobre la paz como
categoría analítica (González, 2014; Galtung, 2003; López, 2004), porque desde
esta perspectiva la paz se vuelve un objeto de estudio y se priorizan las
referencias teóricas —causas, consecuencias, características de la paz—. Desde
la postura de los maestros, la paz no es un asunto sólo del saber sino una
relación comunicativa y dialógica que se establece con los otros. Dicho de otra
manera, la paz se construye en las relaciones cotidianas que se establecen en
las comunidades y que nacen con acciones como el saludo, estrechar la mano, brindar
ayuda, orientar sobre un asunto, etc., como lo afirmó uno de los maestros
“uno puede encontrar muchos autores que definen la paz, pero es una paz
teórica. La verdadera paz es la paz vivencial”.
Segundo sentido: El cuerpo como
territorio de Paz
Las
distintas teorías sobre la paz la localizan fuera del cuerpo, es decir, la paz
tiene que ver con los valores, las relaciones sociales, nociones teóricas, etc.
No obstante, un sentido sobre la paz, que emergió de los relatos de los
maestros, es la comprensión de la noción de paz a partir del cuerpo.
Los
seres humanos no sólo se expresan con palabras, con el uso del lenguaje sino
también a través de la comunicación no verbal: gestos, posturas, movimientos,
distancias sociales, etc., que complementan la comunicación dialógica. Es así,
como al entrevistar a los maestros, sus relatos estuvieron acompañados en todo
momento por expresiones de tristeza, de alegría, miradas de esperanza,
movimientos que denotaban nerviosismo, posturas corporales que mostraban seguridad
o tranquilidad. Asimismo, ellos relataron cómo en las aulas de clase o en las
comunidades cuando se habla del conflicto armado las personas lloran, se
conmueven, guardan silencio, expresan gestos de dolor, de angustia, de ira. Por
el contrario, cuando se habla de paz, los rostros expresan alegría, esperanza,
etc. En otras palabras, se puede asegurar que los maestros entrevistados no
sólo relataron experiencias con sus voces sino también con sus cuerpos, lo que
se denominó en esta investigación «corponarrativas».
Esta
noción alude al relato de los sujetos —maestros— que comprende la narración
cotidiana acompañada de dos aspectos fundamentales: las corporalidades
—acciones del cuerpo, roles corporales: como profesores, padres, madres,
hermanos —, y sus corporeidades —emociones, saberes, acciones, sentimientos
—. Como lo contó una de las maestras: “Un
caso fue del asesinato de 10 -o no recuerdo cuántos concejales en Puerto Rico-.
Cuando le decimos eso, la profesora se nos desvanece y dice: “sí, yo fui testigo,
yo estuve ahí” y empieza a contarnos y a llorar”. Esto demuestra que las
narrativas son escenarios de los lenguajes verbales y no verbales de los
sujetos. Es importante mencionar que tanto las corporalidades como las
corporeidades hacen parte de lo que Castañeda (2011) llamó «prácticas
corporales», que les dan identidad social y cultural a los sujetos como
habitantes de los territorios.
Tercer sentido: La Educación para la Paz
es un ejercicio del lenguaje
Las distintas reflexiones expuestas a lo
largo de la presente tesis mostraron diversos enunciados sobre la Paz y la
Educación para la Paz inscritos en posturas de carácter académico-investigativo
(Galtung, 1964, 1969; Martínez, 2004; Magendzo, 2000, Jares, 1995) y también de
carácter Ideológico (Sandoval, 2016; Ruíz, 1998). Lo que se pudo establecer es
que para los maestros estas teorías no resultan desconocidas ya que hay un
saber académico sobre estas posturas epistemológicas, sobre sus posiciones
ideológicas y sus acercamientos teóricos. No obstante, son discursos que se
imponen en las escuelas por vías de las políticas públicas educativas
desconociendo la realidad territorial.
Lo que se constató en este estudio,
justamente, es el lenguaje como lugar simbólico al que apelan los maestros para
mostrar que es en él donde se generan los conflictos y que es importante educar
para transformar la cultura de violencia en una Cultura de Paz. Uno de los
maestros entrevistados afirmó: Si seguimos con un lenguaje que exprese la
violencia, pues simplemente seguimos construyendo estructuras violentas.
Esto se comprende por cuanto los actores de la violencia justifican sus
acciones a través de los discursos —las guerras justas e injustas de Walzer
(2001)— y cada cual usa argumentos éticos y morales para mostrar su posición
dentro del conflicto armado, esto es, a favor o en contra.
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