https://doi.org/10.53940/reys.v2i4.69 Vol. 2(4) 2021
La tensión entre los métodos
cuantitativos y cualitativos en educación: el papel de las revistas
científicas
Editorial
Iván Montes-Iturrizaga
El enfrentamiento entre los métodos cuantitativos y cualitativos de
investigación, al interior de las ciencias de la educación y las ciencias
sociales, ha sido muy bien descrita por Cook y Reichardt (1989) en su célebre
texto titulado Hacia la superación del enfrentamiento entre los métodos
cualitativos y los cuantitativos. De ahí en adelante, estos dos autores -entre
otros más- se han constituido como referentes relevantes para los ensayos que
abordan esta tensión aún existente incluso en universidades de gran renombre
del mundo desarrollado.
En el mencionado artículo se señala que, este debate
(enfrentamiento) se debe al error de considerar que los métodos se hayan
necesariamente vinculados a paradigmas filosóficos determinados. De esta
manera, se asume, casi sin pensar y de manera automática, que quienes asumen
una metodología cuantitativa son positivistas lógicos. Por su parte, quienes
apelan a los métodos cualitativos estarían señalados o tildados como
fenomenólogos, hermenéuticos u holistas.
Por lo tanto, y a la luz de lo expresado, debemos de
comprender que la adhesión a un paradigma o posición filosófica determinada no
necesariamente nos debe de llevar a pensar que existe un solo camino
metodológico exclusivo (ya sea cuantitativo o cualitativo). En este problema
también saltan a luz ciertos sentimientos y emociones con respecto a quienes
usan un determinado método (Erazo, 2011). Por ejemplo, se considera
prejuiciosamente a los que usan métodos cualitativos como progresistas, pro
marxistas, críticos, naturalistas y hasta comprometidos con la causa ecológica
y determinados partidos políticos de izquierda. También, los que optan por los
métodos cuantitativos reciben con frecuencia caracterizaciones como personas
empeñadas en cosificar la realidad humana (Montes,
2013).
Ahora bien, y en el ámbito de las Ciencias de la Educación, es fácil
identificar a prominentes autores que usaron métodos cuantitativos como
cualitativos sin que esto signifique necesariamente adhesión a un paradigma
filosófico. Tal así, que tanto Piaget como Vygotsky realizaron estudios
experimentales, observacionales y teóricos; y en cierta medida fueron los
maestros de la triangulación metodológica. ¿Acaso podemos ubicar de manera
simplista a estos autores en algún paradigma filosófico por el hecho de
privilegiar una metodología en algunos momentos de sus vidas?, ¿El método en
ellos necesariamente nos lleva a sus posiciones paradigmáticas? Esto sería, sin
lugar a dudas, una pretensión en mi opinión equivocada.
Viendo las cosas de este modo, y con
la intención de aportar a la superación de este impase, la experiencia nos
enseña que, con frecuencia, los positivistas han investigado sobre la base de
evidencia cualitativa como lo son los discursos y las conductas observables.
Del mismo modo, muchos partidarios de la fenomenología han usado y usan con
frecuencia métodos cuantitativos. O también, muchos investigadores usan los
métodos cuantitativos para estudiar procesos y otros optar por métodos
cualitativos para observar los resultados. Por último, el mundo no está solo
dividido en estas dos trincheras filosóficas como para suponer de manera
automática un paradigma por el método o técnica.
Estas tensiones se proyectan también,
por ejemplo, a buena parte de las tesis de postgrado revisadas en países
latinoamericanos –y mayormente cualitativas- donde los autores en la sección
metodológica, en lugar de explicitar sus criterios de rigor, hablan del
“paradigma cualitativo” de manera estereotipada (y hasta confusa). En esta
misma línea no son pocos los casos en los que se añaden críticas al método
cuantitativo en lugar de hablar acerca de la metodología seguida. Lo más
paradójico de esto es que, con frecuencia, esta referencia al paradigma
cualitativo (y a sus manifestaciones filosóficas) se queda solo como slogan en
el capítulo metodológico; y desaparecen con frecuencia al momento de discutir
el significado epistémico de sus hallazgos. Ante este hecho la explicitación
epistemológica –independientemente de la reflexión acerca de las técnicas- será
necesario para comprender el proceso de construcción del conocimiento e incluso
para conciliar técnicas de investigación cuantitativas y cualitativas (Meza,
2002; López-de Parra et al., 2017).
Del mismo modo, en la realidad de los
pregrados en educación (y en psicología) se imponen -en la mayoría de los
casos- reglamentos que ven como científico a todo lo que sea cuantitativo. Por
esta razón, se desconocen los métodos y técnicas cualitativas como legítimas
vías para construir conocimiento científico riguroso. En fin. Existirían
prejuicios por ambos lados que configuran un panorama poco alentador para que
los investigadores puedan optar libremente por una metodología a la luz de la
naturaleza de sus objetos de estudio. En este sentido, la elección metodológica
no puede establecerse a priori, sino más bien, supeditada siempre a lo que
deseamos conocer (Montes, 2013).
En este espacio de tensión las
revistas científicas están jugando un papel trascendental cuando se abren a la pluralidad
metodológica; en donde sería deseable que esta apertura contemple la
realización de estudios de diseño mixto donde se integren aproximaciones
cuantitativas como cualitativas. Y, en este marco, se someten las
contribuciones a evaluadores expertos que conozcan los estándares o normas más
pertinentes para cada caso. De esta manera, se esperaría que esta amplitud de
estas publicaciones periódicas, en cuanto a lo metodológico, se proyecte hacia
la formación universitaria en general en la forma de cursos de metodología de
la investigación, reglamentos de titulación (y grado) y en las lecturas que se
asignan en las respectivas asignaturas.
En consecuencia, la Revista Educación
y Sociedad tiene, como uno de sus propósitos, reflejar la basta riqueza metodológica
a disposición con normas de publicación que invitan a los autores a someter sus
propuestas independientemente de la vía elegida. Esto también se extiende a la
amplitud teórica y epistemológica en torno a las diferentes problemáticas o
campos temáticos del mundo de la educación y en su intersección con las
ciencias sociales.
Referencias
Cook, T. D., y Reichardt, Ch. S. (1989). Hacia una superación del
enfrentamiento entre los métodos cualitativos y cuantitativos. Morata.
Erazo, S. (2011). Rigor científico en
las prácticas de investigación cualitativa. Ciencia, Docencia y Tecnología,
23(42), 107-136. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=14518444004
López-de Parra, L., Polanco-Perdomo, V., y
Correa-Cruz, L. (2017). Mirada de las investigaciones sobre formación
investigativa en la universidad latinoamericana: estado del arte (2010-2017). Revista
de Investigación Desarrollo e Innovación, 8(1), 77-95. https://doi.org/10.19053/20278306.v8.n1.2017.7371
Meza, L. G. (2002). Metodología de la investigación
educativa. Posibilidades de integración. Revista Comunicación, 12(1),
1-13. https://doi.org/10.18845/rc.v12i1.1223
Montes, I. (2013). La investigación en ciencias de
la educación en el Perú: Aportes para el debate. Universidad La Salle.