ISSN 2709-9164
https://doi.org/10.53940/xqh97r29
Reimaginar los servicios de bienestar
infantil en América Latina: Hacia comunidades de excelencia
Reimagining child welfare
services in Latin America: Towards communities of excellence
Wayne
Centrone1, Stephen DiDonato2, Jane Southgate3,
y Elizabeth Stratton4
Centrone, W., DiDonato, S., Southgate, J., y Stratton, E. (2024). Reimaginar los servicios de bienestar infantil en América Latina: Hacia
comunidades de excelencia. Revista Educación y Sociedad, 5(10), 45-59. https://doi.org/10.53940/xqh97r29
Artículo recibido: 01-10-2024
Artículo aprobado: 05-12-2024
Arbitrado por pares
Resumen
Los niños afectados por pobreza extrema,
abuso y abandono suelen carecer de cuidados empoderadores en entornos de
asistencia social. Este estudio diseñó y probó un plan de estudios para la
formación de cuidadores en dos centros residenciales peruanos, utilizando un
diseño longitudinal secuencial explicativo de métodos mixtos con 26
participantes durante tres años. Los resultados muestran el valor práctico del
programa y resaltan la necesidad de transformar la cultura organizativa hacia
enfoques basados en el trauma, fortalezas y motivación. Esta transformación
exige liderazgo comprometido y mayor conciencia organizacional para lograr un
apoyo infantil eficaz y empoderador.
Palabras clave: Centros
de acogida residencial, bienestar infantil, jóvenes vulnerables,
desinstitucionalización, Perú
Children facing extreme
poverty, abuse, and neglect often lack empowering care in welfare settings.
This study developed and tested a model curriculum for training caregivers in
two Peruvian Residential Care Centers using a sequential explanatory
mixed-methods longitudinal design with 26 participants over three years.
Findings demonstrate the curriculum’s practical value for caregiver training
and emphasize the necessity of shifting organizational culture toward
trauma-informed, strengths-based, and motivational practices. Achieving this
transformation depends on committed leadership and increased organizational
awareness, underscoring the importance of holistic change for effective, empowering
support in residential child welfare environments.
Keywords: residential care centers, child
welfare, vulnerable youth, deinstitutionalization, Perú
1 Fundador y director ejecutivo, Health
Bridges International (Perú y EEUU). wayne@hbint.org
https://orcid.org/0000-0003-2103-1896
2 Profesor, Colegio de Enfermería,
Thomas Jefferson University (EEUU). stephen.didonato@jefferson.edu
https://orcid.org/0000-0001-8710-1661
3 Asociado de investigación, Health
Bridges International. janes@hbint.org
4
Investigadora y residente médica, Centro de salud de la University of
Vermont (EEUU). elizabeth.stratton@uvmhealth https://orcid.org/0000-0002-5791-8045
Notas del
autor:
Se ha publicado un artículo al respeto del
tema titulado «Building a Center of Excellence: Process and Practice in
Developing a Core Curriculum for Child Welfare Service Providers» en el
International Psychology Bulletin, Mayo 2021:25(2).
Introducción
En América Latina, el
continuo de atención a los niños y adolescentes que han perdido a sus
cuidadores primarios -familias biológicas de origen, cuidadores de parentesco y
apoyo familiar de contacto a distancia- incluye Centros de Atención Residencial
(CAR) a gran escala, orfanatos, pequeños orfanatos de tipo familiar, programas
de fortalecimiento familiar, adopción, acogimiento familiar y de parentesco,
reducción de la pobreza, atención sanitaria y atención de emergencia (Pilotti,
1999). Las numerosas organizaciones que trabajan en el bienestar infantil en
Latinoamérica incluyen organizaciones intergubernamentales, grupos religiosos,
redes locales y organizaciones no gubernamentales (ONG) nacionales e
internacionales que varían en tamaño. Aunque no existe un modelo único para los
programas de bienestar infantil, un gran número de programas son facilitados
por organizaciones no gubernamentales (ONG). Muchas de las ONG más influyentes
tienen su sede en Estados Unidos o Europa, con sucursales específicas en cada
país. Las ONG de Perú adoptan diversos enfoques en la atención al bienestar
infantil (Desmond et al., 2020).
Los autores de este
artículo representan a Health Bridges International (HBI) y a sus principales
socios académicos y temáticos. HBI trabaja con expertos, defensores y
organizaciones locales para crear modelos basados en pruebas que protejan y
capaciten a los niños y familias vulnerables. En este trabajo, HBI ha
desarrollado asociaciones clave con la ONG peruana Caminos de Esperanza, la
Universidad Católica de Santa María (Arequipa, Perú) y la Universidad Thomas
Jefferson (Filadelfia, EE.UU.). Además de nuestro equipo de investigación en
colaboración, hemos reunido un Grupo Asesor de expertos en la materia,
investigadores, clínicos y académicos del sector del bienestar infantil, la
comunidad de formación en prácticas basadas en la evidencia y especialistas en
implementación que comprenden la complejidad cultural de la transferencia de
conocimientos y habilidades para los proveedores de bienestar infantil juvenil
(Centrone et al., 2021).
Este documento es el
resultado de más de tres años de investigación basada en la comunidad con los
centros de atención institucional de bienestar infantil de Perú. Aunque los
autores se dieron cuenta de que no existe un enfoque universal para la formación
que abarque plenamente todas las necesidades matizadas y los desafíos de
trabajar con jóvenes y adultos jóvenes que han vivido experiencias de trauma,
violencia, negligencia y experiencias adversas - nuestro equipo cree que los
proveedores de atención mejor capacitados, las comunidades dedicadas a la
sensibilización, la conexión y el empoderamiento conducirán a mejores
resultados de salud y curso de vida para miles de jóvenes y adolescentes
marginados.
Esta investigación sobre el
modelo de las Comunidades de Excelencia no se presenta como un análisis
autorizado o exhaustivo, sino como una contribución al diálogo académico en
curso. Nuestro enfoque se basa en experiencias de primera mano y en la información
disponible públicamente, que reconocemos introduce limitaciones inherentes,
incluidos posibles sesgos y lagunas de perspectiva. Nuestra comprensión de las
políticas, prácticas, opiniones e intervenciones que configuran la prestación
de servicios de bienestar infantil en Perú es incompleta.
Como tales, no planteamos
nuestras reflexiones y percepciones como una conclusión definitiva, sino como
una invitación a una investigación más amplia y rigurosa. Al codificar los
diversos elementos de los servicios de bienestar infantil, pretendemos ofrecer
una base para futuras investigaciones al tiempo que fomentamos el compromiso
crítico y el desarrollo de marcos más amplios. En última instancia, este
trabajo es un punto de partida para una exploración más profunda y una
erudición colaborativa en esta área vital.
Los autores reconocen
plenamente que la clave de un cambio sostenible para los niños que viven en el
sistema de bienestar infantil es crear un modelo que pueda influir en todos los
niveles y capas de influencia. Nuestro equipo está trabajando en un modelo para
apoyar a un niño a medida que avanza por las distintas etapas del sistema de
cuidados alternativos y bienestar. Este amplio enfoque incluye a los niños que
viven en un hogar donde la familia no cuenta con el apoyo que necesita para
mantener a sus hijos, y un modelo que pueda acompañarlos mientras recorren los
numerosos pasos y etapas de su vida actual y futura. Todos los niños merecen
una vida basada en la salud, la esperanza, un hogar y un propósito. Todos
debemos trabajar juntos hacia este importante objetivo.
El
estado del bienestar infantil residencial en América Latina y por qué importa
ahora
Se calcula que más de 40
millones de niños viven en centros de cuidados alternativos, orfanatos,
residencias y otras instituciones en todo el mundo, y que alrededor del 80% de
los jóvenes institucionalizados no son huérfanos, por lo que existe una importante
necesidad de salud pública que no está siendo atendida. Los niños
institucionalizados llevan vidas fracturadas y a menudo llenas de un desfile
continuo de cuidadores y familiares. Además, las investigaciones demuestran el
elevado riesgo de resultados perjudiciales para la salud y los problemas de
desarrollo de los jóvenes con un compromiso a largo plazo en entornos de
atención institucional (Font y Gershoff, 2020). En respuesta a esta necesidad,
existe un inminente movimiento de salud pública hacia la
desinstitucionalización en favor de modelos de atención basados en la familia
(Williamson y Greenberg, 2010). Este movimiento es esencial y supone un
reenfoque crucial de los servicios de bienestar infantil. Sin embargo, no es un
cambio que vaya a producirse de la noche a la mañana.
Existe la necesidad de un
enfoque de tercera vía. Un enfoque que busque un camino completo hacia la
desinstitucionalización y el acogimiento familiar, por familiares o en hogares
de guarda, y hasta que no se disponga de tales estructuras y capacidades organizativas,
existe una necesidad acuciante de garantizar que todos los cuidadores presten
los mejores servicios, basados en pruebas, a los niños y jóvenes
institucionalizados (Shawar y Shiffman, 2023). Los niños institucionalizados
llevan vidas fracturadas, a menudo llenas de un desfile continuo de cuidadores
y familiares. Además, las investigaciones demuestran el elevado riesgo de
resultados perjudiciales para la salud y problemas de desarrollo para los
jóvenes con un compromiso a largo plazo en entornos de atención institucional
(Font y Gershoff, 2020; Herczog, 2021). En respuesta a esta necesidad, existe
un inminente movimiento de salud pública hacia la desinstitucionalización en
favor de modelos de atención basados en la familia (Williamson y Greenberg, 2010).
Un movimiento de reforma de
los servicios de bienestar infantil es esencial y representa una reorientación
muy necesaria de las prácticas, las normas y las repercusiones. Sin embargo, no
es un cambio que vaya a producirse de la noche a la mañana. Es necesario un
enfoque de tercera vía. Se necesita un enfoque que busque una vía integral del
niño y la familia hacia la desinstitucionalización. Un enfoque basado en el
apoyo familiar comunitario, las acogidas por familiares y la ampliación de los
acogimientos familiares basados en pruebas. Sin embargo, hasta que se reúnan
esas estructuras y capacidades organizativas, existe una necesidad acuciante de
garantizar que todos los cuidadores presten los mejores servicios, basados en
pruebas, a los niños y jóvenes institucionalizados.
El Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF) está presionando para disolver por completo el
cuidado institucional, en orfanatos y residencias en todo el mundo (UNICEF y Red Latinoamericana de Acogimiento Familiar (RELAF), 2013; UNICEF, 2009). La disposición a introducir cambios
significativos en los sistemas institucionales de bienestar infantil varía de
un país a otro. Si se produce un cambio político tan sustancial, habrá una
demanda crítica de cuidadores equipados para apoyar a los niños a través de las
transiciones vitales. Esto incluye la prestación de cuidados en entornos
institucionales, en familias de acogida y de parentesco, y en el seno de las
familias de origen, donde los niños pueden enfrentarse al abandono si los
cuidadores principales carecen de los conocimientos y las aptitudes necesarios
para mantener la unidad familiar (Mulheir y Browne, 2007; Grupo de trabajo de
ONG sobre niños sin cuidado parental en Ginebra, 2013; García y
Hamilton-Giachritsis, 2016; Murphy et al., 2021) Un cambio radical en el
bienestar infantil que se produzca de forma expeditiva no es recomendable ni
responsable.
Entonces, ¿cómo enfocamos
un cambio tan masivo en el bienestar infantil hacia la plena
desinstitucionalización? Quizá el ingrediente que falta para hacer operativos
tales cambios sea centrarse en el estado actual de los programas
institucionales de bienestar infantil. Más de treinta años de investigación
publicada indican una conexión convincente entre las relaciones de los niños
con sus cuidadores y mejores resultados en la vida (Deneault et al., 2023;
Gillath et al., 2022). Los datos son precisos cuando se proporciona a los niños
relaciones de apego con cuidadores competentes; los niños en acogimiento
residencial aprovechan su resiliencia innata y demuestran resultados vitales
significativamente mejores (Sattler y Font, 2018). Sin embargo, aunque muchas ONG
dedicadas al bienestar infantil basan su trabajo en prácticas basadas en
pruebas, muchas no lo hacen.
Existe un gran potencial
para aprovechar la creciente literatura sobre las mejores prácticas para el
cuidado de los niños en entornos alternativos, institucionales y orfanatos,
incluidos los enfoques terapéuticos basados en pruebas como la terapia cognitivo-conductual
centrada en el trauma (TCBT), la terapia cognitivo-conductual, el modelo
Santuario, los enfoques basados en los puntos fuertes, la entrevista
motivacional y la Trust-Based Relational Intervention® (Isnaeni et al., 2021).
Las ONG han sido cruciales en la investigación y el desarrollo de estas
intervenciones y métodos basados en pruebas. Sin embargo, esta investigación no
se ha traducido en las mejores prácticas, basadas en la práctica, que las ONG
utilizan cuando trabajan con niños sobre el terreno. Incluso con las mejoras en
la investigación y las prácticas basadas en pruebas, sigue existiendo una
desconexión entre las organizaciones que realizan el estudio y las que trabajan
directamente con los niños en los entornos de acogida (Fisher et al., 2009).
Sin embargo, varias
organizaciones y programas intentan salvar esta desconexión entre la
investigación y la práctica mediante modelos integrados de prestación de
cuidados (véase la Tabla 1). Algunos grandes consorcios internacionales
comparten la investigación y trabajan con organismos gubernamentales y ONG
locales. Otros son pequeñas organizaciones locales que investigan y aplican las
mejores prácticas de forma independiente. Existen conferencias, proyectos y
programas de formación con el potencial de conectar la evidencia y la
aplicación.
Tabla 1. Ejemplos de organizaciones de
protección de la infancia en América Latina
Organización |
Enlace a
la organización |
Refugio de Esperanza |
https://havenofhopeintl.org/learn-more-about-children-of-peru/ |
Nuestros Hermanos Pequeños |
|
Lumos |
|
Buckner Perú |
|
Aldeas Infantiles SOS |
https://www.sos-childrensvillages.org/where-we-help/americas/peru |
Kids Alive |
|
Cuidado Internacional de Niños |
|
Red Latinoamericana de Graduados en Protección |
|
Servicios Católicos de Socorro |
|
Esperanza Internacional |
Desmitificar
la desconexión entre investigación y práctica
La desconexión entre la
investigación y la práctica en las ONG dedicadas al bienestar infantil, las
organizaciones religiosas y los programas privados en América Latina es
evidente. Una fuente clave de esta desconexión es la amplia variedad de
enfoques para atender a los niños abandonados y vulnerables. Estos han sido
seleccionados y no representan necesariamente todos los servicios de bienestar
infantil que se prestan en América Latina. Cada programa ofrece un alcance
ligeramente diferente de servicios y apoyos, algunos se centran en la vivienda,
la salud y la educación, y otros proporcionan un entorno de atención integral
diseñado para maximizar el potencial de cada niño. Hemos proporcionado algunos
ejemplos de programas que representan las diversas iniciativas que participan
en la prestación de servicios de bienestar infantil en América Latina. Creemos
que estos ejemplos ofrecen algunas ideas clave sobre el tema:
Atención institucional: atención institucional a gran escala e impersonal para niños,
normalmente atención residencial o viviendas similares de tipo dormitorio. En
la última década, ha habido mucha oposición a los programas de atención
residencial congregada a gran escala, especialmente en Europa. Ejemplos: Haven
of Hope, Aldeas Infantiles SOS Perú.
Desinstitucionalización: da prioridad al cierre de las instituciones a gran escala y a la
reintegración de los niños en sus familias basándose en datos que sugieren que
la mayoría de los niños, el 80% es la cifra comúnmente citada, pero es difícil
saberlo con certeza, en los orfanatos tienen un padre o familiar vivo. Este
campo es una combinación de organizaciones cuyas prácticas se basan en pruebas,
entre ellas UNICEF y ONG confesionales, que siguen lo que consideran un mandato
religioso de criar a los niños en familias. La desinstitucionalización en la
práctica varía según la organización. Además, varias ONG trabajan en el
fortalecimiento de la familia, la reunificación familiar, los hogares de
acogida, la adopción y la reducción de la pobreza, entre otros ámbitos. Este
grupo de organizaciones bien organizadas y financiadas es especialmente
frecuente en Europa y ha crecido recientemente. Ejemplo: Lumos,
Buckner Perú
El cuidado alternativo es un término comodín que engloba a muchas organizaciones que trabajan
con niños abandonados y vulnerables, que no se encuentran en ninguno de los dos
continuos. Estas organizaciones gestionan principalmente centros residenciales
de acogida de niños a menor escala, que pueden adoptar diversas formas. Un
modelo popular es el cuidado de tipo familiar, en el que los niños crecen en
hogares con otros 5-15 niños y varios adultos que viven con ellos y los cuidan
a tiempo completo. Estas organizaciones también pueden participar en programas
como los centrados en la desinstitucionalización. Muchas están directamente
implicadas en la búsqueda de colocaciones permanentes para los niños que viven
a su cargo, centrándose mucho en la reintegración familiar y de parientes. Este
campo también está formado por una combinación de ONG que siguen las mejores
prácticas basadas en pruebas y organizaciones religiosas, y ambas no se
excluyen mutuamente. Ejemplos: Aldeas Infantiles SOS, Kids Alive,
International Children's Care, Nuestros Pequeños Hermanos
Defensa de los niños que
abandonan el sistema de acogida: otro subconjunto de
organizaciones de protección de la infancia trabaja directamente con jóvenes
que han abandonado el sistema de acogida residencial y están en transición
hacia una vida independiente. Estas organizaciones también se dedican a veces a
la investigación y pueden encajar en cualquiera de las categorías anteriores,
aunque muchas promueven la desinstitucionalización. Muchas organizaciones que
trabajan en el cuidado residencial, el cuidado alternativo o la
desinstitucionalización también realizan un trabajo limitado con los jóvenes
que abandonan el cuidado. Ejemplo: Red Latinoamericana de Egresados de Protección
Trabajo relacionado: Además de estos tres campos de organizaciones, varias organizaciones
trabajan en áreas adyacentes del bienestar infantil. Algunas se dedican a la
investigación, otras se centran en la pobreza y la atención sanitaria, y otras
trabajan en la ayuda de emergencia, por ejemplo: Catholic Relief Services, Hope
International, Caritas Internationalis.
Estas organizaciones
conforman el complejo entramado alternativo, residencial y de bienestar
infantil. Como resultado de este enfoque poco sistemático, existe una
desconexión en los servicios y apoyos de bienestar infantil. La desconexión más
consecuente se da entre las organizaciones que investigan las mejores prácticas
para el bienestar y el desarrollo infantil y las organizaciones que trabajan
con niños sobre el terreno. Esta desconexión tiene varias causas relacionadas,
entre ellas:
·
Las organizaciones que llevan a cabo investigaciones,
como UNICEF, Lumos, la red Better Care y varias universidades, a menudo
difieren de las que gestionan el cuidado residencial de niños huérfanos y
vulnerables.
·
A menudo con sede en Europa o Estados Unidos, las
organizaciones de investigación deben adaptar constantemente sus prácticas y
recomendaciones a otros contextos políticos, sociales y culturales.
·
En general, las ONG parecen querer un enfoque único para
el bienestar infantil.
·
Las ONG sólo a veces están dispuestas a compartir sus
mejores prácticas y políticas con otras, especialmente cuando compiten por los
mismos donantes.
Las organizaciones con
mayor financiación, reconocimiento de su nombre y poder de decisión suelen ser
organizaciones internacionales que realizan menos trabajo directo sobre el
terreno. Aun así, son las que redactan las leyes nacionales y la política mundial.
Las organizaciones de
bienestar infantil de todo Perú se esfuerzan por optimizar los resultados de
los niños a los que atienden; sin embargo, entre las causas más críticas y
complejas de la desconexión se encuentra el deseo de un enfoque único en la
literatura. Además, muchos de los principales actores de la
desinstitucionalización del bienestar infantil representan a organizaciones
cristianas evangélicas cuyo trabajo está impulsado por un mandato de fe. Los
retos convergentes de la búsqueda de un enfoque más simplista y universal del
bienestar infantil y la naturaleza díscola de las organizaciones que
proporcionan cuidados institucionales y residenciales hacen muy difícil que un
niño reciba el apoyo que necesita. La realidad es que el bienestar infantil es
un área inmensamente complicada y llena de matices, y se necesitan soluciones
flexibles que satisfagan las necesidades únicas de los niños y de quienes
cuidan de ellos.
En toda América Latina,
algunos niños no tienen familia o no pueden permanecer con ella de forma
segura, por lo que se beneficiarían más de otra forma de cuidado. Las familias
o comunidades de algunos niños necesitan apoyo externo, financiero o de otro tipo,
para cuidar de ellos. En el caso de los niños acogidos en residencias, varía el
grado en que las familias biológicas, adoptivas, de acogida, de parentesco y
alternativas pueden atender sus complejas necesidades. Las distintas
organizaciones crean prácticas y modelos diferentes, que son enormemente
beneficiosos cuando se basan en pruebas. Sin embargo, las organizaciones deben
recordar que lo que más beneficiará a los niños es una mezcla de modelos, en
lugar de un enfoque único. Esa mezcla de modelos requiere colaboración y
comunicación entre las organizaciones.
Metodología
La iniciativa Comunidades
de Excelencia (CdE) proporciona un marco transformador para cambiar los
entornos de cuidado de niños fuera del hogar familiar hacia modelos de atención
plena, concienciación y empoderamiento. Este marco anima a los cuidadores y al
personal a encarnar una comunidad de excelencia dando prioridad a su bienestar
y desarrollo profesional a la vez que fomentan un entorno de apoyo y cuidado
para los niños a su cargo. Nuestra metodología de investigación se guía por
tres supuestos críticos: rechazar la formación tradicional basada en
habilidades en favor de la autoconciencia y la conexión sensorial, fomentar una
comunidad de práctica que haga hincapié en la excelencia de los cuidados y
reimaginar los programas de servicios de bienestar infantil en Perú como un
modelo global para la reforma del cuidado fuera del hogar familiar. Esta
sección esboza el diseño de la investigación en varias fases, las metodologías,
los hallazgos y las lecciones aprendidas de la iniciativa CoE.
La metodología que guía la
iniciativa Comunidades de Excelencia (CoE) refleja un diseño de investigación
estructurado y multifásico cuyo objetivo es transformar los entornos de cuidado
alternativo en Perú. El modelo CoE, que adopta un paradigma transformador, se
basa en el rechazo de la formación tradicional de los cuidadores, estrictamente
centrada en las habilidades. En su lugar, da prioridad a la conciencia de sí
mismo, la conexión sensorial y el fomento de una comunidad de cuidado
caracterizada por la atención plena, el empoderamiento y el desarrollo
profesional continuo. Esta iniciativa de investigación busca no solo replantear
los servicios de bienestar infantil en Perú como un posible ejemplo global para
la reforma, sino también promover prácticas basadas en las fortalezas y que
tengan en cuenta el trauma, que puedan ampliarse e integrarse en marcos
políticos más amplios.
Desde el principio, el equipo
de investigación de las CoE adoptó un enfoque metodológico iterativo, que
permite adaptar los instrumentos de investigación y las intervenciones en
respuesta a los comentarios de los participantes y a los hallazgos emergentes.
La fase inicial se centró en el desarrollo y la evaluación de los elementos
fundamentales del modelo del CoE. Durante doce meses, los cuidadores y los
profesionales de la salud participaron en una combinación de módulos de
formación virtuales y presenciales, con especial énfasis en la gestión del
trauma, la mejora de la motivación y los enfoques basados en las fortalezas.
Una innovación destacada durante este periodo fue una actividad de diseño
centrada en las personas: un taller de creación de mascotas, que sirvió para
fomentar la participación de los jóvenes y el sentido de pertenencia a la
comunidad de cuidados. Las estrategias de recopilación de datos combinaron
medidas cuantitativas —entre ellas ProQOL, CPES, GES y SCS— con entrevistas
cualitativas diseñadas para captar las experiencias vividas tanto por los
cuidadores como por los jóvenes. Los primeros resultados indicaron que, si bien
los cuidadores experimentaron mejoras en su calidad de vida profesional y una
mayor conciencia de sus funciones, los métodos de formación tradicionales solo
produjeron ganancias de conocimiento temporales; el cambio duradero parecía
requerir un cambio más fundamental hacia la conciencia de sí mismo y la
atención plena. Las barreras tecnológicas y las diferentes necesidades de
aprendizaje de los participantes pusieron de relieve la necesidad de
implementar formatos de formación flexibles y adaptables.
A partir de las lecciones
iniciales, la segunda fase de la investigación trató de rediseñar las
experiencias de desarrollo profesional de manera que se cultivara aún más un
entorno de aprendizaje y concienciación. En este caso, se combinó un formato de
formación híbrido que fusionaba dos sesiones presenciales intensivas con tres
sesiones virtuales quincenales de seguimiento, equilibrando las oportunidades
de participación práctica con el refuerzo continuo en un contexto digital. Los
investigadores recopilaron datos mediante encuestas —en las que se examinaban
los perfiles demográficos, la adquisición de conocimientos y la salud de la
organización— y a través de grupos de discusión destinados a obtener
información sobre los cambios en la cultura organizativa y la preparación
percibida. Los participantes respondieron positivamente a la estructura
híbrida, informando de un mayor sentido de comunidad y bienestar profesional, y
demostraron una mayor confianza en la aplicación de prácticas basadas en el
trauma y en las fortalezas. No obstante, las diferencias en las preferencias y
expectativas de aprendizaje acentuaron la importancia de los enfoques
individualizados dentro de los programas de desarrollo profesional.
La investigación posterior
dentro de la iniciativa examinó la viabilidad y los requisitos de la
desinstitucionalización, explorando la preparación de los sistemas de acogida y
de parentesco para apoyar a los niños que salen del cuidado institucional. Mediante
una combinación de encuestas y entrevistas con líderes organizativos,
funcionarios gubernamentales y jóvenes que han dejado el sistema de acogida, la
investigación identificó importantes deficiencias en las infraestructuras y
limitaciones en las políticas. Los encuestados expresaron la necesidad de un
enfoque sistemático para preparar a los niños, las familias y los proveedores
de servicios para la desinstitucionalización, destacando la necesidad de una
transformación cultural y política para lograr una reforma sostenible del
bienestar infantil.
La tercera fase de la
iniciativa se centró en garantizar la sostenibilidad de las prácticas del CoE
en dos hogares residenciales para niños en el Valle Sagrado de Perú, mediante
el rediseño del desarrollo profesional y la puesta en marcha de un programa piloto
de embajadores. El personal seleccionado recibió formación adicional para
actuar como promotores del enfoque del CoE, integrando así las nuevas prácticas
en la cultura organizativa. Se utilizaron instrumentos de encuesta
cuantitativa, como el CPES, el GES, el MAIA-2 y el YPRQ, para medir las
percepciones del personal sobre el entorno de acogida, el clima social, la
conciencia de sí mismos y la calidad de las relaciones entre los jóvenes y el
personal. Aunque se esperaban los resultados completos de esta fase, los
resultados preliminares sugirieron que la ampliación de la autoconciencia del
personal y la conexión auténtica con los jóvenes contribuyeron a mejorar el
clima social y a reforzar la sensación de seguridad y pertenencia de los
residentes. No obstante, las limitaciones de recursos y la ausencia de datos
cualitativos en esta fase limitaron el alcance de la interpretación de los
datos.
De cara al futuro, la cuarta
fase prevista tiene por objeto ampliar el modelo CoE a otros centros e
integrarlo en la política nacional mediante la elaboración de recomendaciones
específicas para prácticas basadas en el trauma y la creación de redes de mentores
para apoyar el desarrollo continuo de capacidades. La medición del impacto a lo
largo de la iniciativa se basó en métricas cuantitativas y cualitativas,
centrándose en la cohesión cultural, la conciencia interoceptiva, la retención
del personal, la satisfacción laboral y la calidad de las relaciones entre los
jóvenes y el personal.
De la investigación del CoE se
desprenden varias lecciones clave. La más importante es la necesidad de
fomentar una cultura centrada en el aprendizaje, las relaciones y la jerarquía
para lograr un cambio significativo y sostenible. Los diseños metodológicos
adaptativos y participativos permiten intervenciones sensibles al contexto,
aunque también plantean retos para la estandarización y la replicabilidad.
Respetar las experiencias vividas por los participantes ha demostrado ser
fundamental para mejorar el impacto de la investigación, mientras que la
implementación de modelos de aprendizaje híbridos exige tener en cuenta la
preparación tecnológica y la diversidad del aprendizaje. Además, la
sostenibilidad se garantiza mejor mediante mecanismos como el programa de
embajadores, que ayudan a integrar prácticas novedosas en las culturas
organizativas.
Cabe señalar algunas
limitaciones. La diversidad de los perfiles de aprendizaje de los participantes
y el acceso a la tecnología, así como la adaptación continua a las diferencias
culturales y lingüísticas, plantearon retos. Factores externos como la pandemia
de COVID-19, incluidos los períodos de ley marcial y el aumento de la
mortalidad, complicaron aún más la implementación. Además, los posibles sesgos,
incluidos los sesgos de confirmación y de proximidad, representan limitaciones
en la interpretación de los datos.
En general, la metodología en
la que se basa la iniciativa Comunidades de Excelencia ilustra el potencial y
la complejidad de la investigación participativa y adaptativa en el ámbito del
bienestar infantil, y subraya la importancia del cambio cultural, contextual y
estructural para promover la excelencia en la atención en entornos fuera del
cuidado parental.
La investigación que sirvió de
base para el desarrollo de la iniciativa Comunidades de Excelencia representa
un enfoque transformador de la reforma del bienestar infantil, que hace
hincapié en la concienciación, la capacitación y la creación de comunidades. Al
fomentar la autoconciencia y una cultura de aprendizaje entre los cuidadores,
el modelo de las CoE ha demostrado su potencial para mejorar la calidad de los
cuidados y los resultados para los niños en acogimiento residencial. Aunque
siguen existiendo retos, el diseño de la investigación y las metodologías
participativas proporcionan una base sólida para ampliar e integrar este modelo
en los sistemas nacionales y mundiales de bienestar infantil. Las fases futuras
se centrarán en perfeccionar el modelo, abordar las barreras sistémicas y
avanzar en la integración de las políticas para garantizar un cambio sostenible
y con impacto.
Perú como modelo del cambiante panorama
de la atención residencial
Según el Instituto Nacional de
Estadística e Informática (INEI, 2024), el 29% de los peruanos fueron
clasificados como "pobres" en el sentido monetario de que sus
ingresos eran insuficientes para adquirir una canasta mínima de bienes, y el
5,7% vivía en extrema pobreza. Los pobres representaban el 27,5% de la población
en 2022 y el 25,9% en 2021. La cifra para 2023, por tanto, representa un
aumento significativo. El porcentaje alcanzó su punto máximo en 2020, durante
la pandemia, cuando la proporción llegó al 30,1%, además de aumentar las tasas
de pobreza. Además, UNICEF calcula que más de 4,1 millones de niños peruanos
viven en la pobreza y corren un alto riesgo de abandono, falta de hogar y
violencia familiar (Instituto Nacional de Estadística e Informática [INEI], 2024).
En 2008, los investigadores estimaron que tres de cada cinco niños de entre 3 y
16 años vivían en la pobreza en Perú, una estadística asombrosa si se tienen en
cuenta los retos económicos a los que se enfrenta el país con la pandemia y la
recesión económica (Alan y Sanchez, 2008).
Mucho ha cambiado en casi 20
años, y la pandemia del COVID ha devastado la pobreza infantil en Perú. La
inestabilidad financiera de una familia es un importante factor de riesgo de
abandono. En muchos hogares de acogida alternativos y residenciales con escasos
recursos, los trabajadores de bienestar infantil insuficientemente formados
trabajan para proporcionar a estos niños los mejores servicios posibles
(Molina, 2020; Procter et al., 2022). Según un estudio de modelización
publicado en la revista The Lancet, por cada dos muertes relacionadas con el
COVID durante la pandemia, un niño quedó huérfano (Hillis et al., 2021). Este
cálculo equivale a casi 100.000 niños huérfanos o abandonados en Perú a causa
de los devastadores impactos de la pandemia. La cifra aumentó rápidamente en
los últimos años debido a la pandemia de COVID-19. Los trabajadores médicos y
asistenciales también trabajan con escasez de personal y una formación
limitada, lo que les impide establecer conexiones más profundas con los niños a
su cargo. Les resulta difícil ofrecer el mejor tratamiento y la mejor
supervisión posibles.
En el difícil contexto de
COVID-19, la problemática situación de los niños abandonados empeoró mucho. Las
economías de muchas naciones latinoamericanas, con sectores de empleo formales
e informales, se vieron gravemente afectadas. Los trastornos económicos de la
pandemia se sintieron especialmente en Perú, donde se calcula que el 72% de la
población total trabaja en la economía informal (Guillén, 2023; Livia, 2022).
Si trabajas, cobras y comes. Si no, no tienes dinero y tú y tu familia pasáis
hambre. Con casi una quinta parte de la población peruana viviendo con menos de
100 dólares mensuales, el apoyo de la red de seguridad social es esencial (Ross
y Leal, 2015). Aunque el gobierno peruano calcula que hay más de 240 centros de
atención residencial (CAR) en el país, la necesidad supera con creces los
recursos disponibles (Dirección de Políticas sobre Niñas, Niños y Adolescentes
[RCI], s.f.). Las organizaciones sin ánimo de lucro también luchan por
solventar los costes de los programas y servicios para niños y familias
desatendidos.
La creciente inflación en Perú
alcanzó el 6,82% (la más alta en 26 años en marzo de 2022), y la disminución
del gasto del sector público y privado también han contribuido a la
insuficiencia de los servicios (Velarde y Montoro, 2023). Con el país
languideciendo por los impactos económicos de la pandemia del COVID-19, las
continuas interrupciones de la cadena de suministro de la guerra ruso-ucraniana
y las crecientes tasas de inflación, será difícil invertir en la salud y el
bienestar de las comunidades marginadas (Pillpe, 2022). A pesar de los
esfuerzos financieros del gobierno peruano para proporcionar ayuda económica a
las familias que cuidan de los niños que perdieron a uno de sus padres a causa
de la pandemia de COVID-19, las realidades económicas de la pandemia en las
vidas de las personas que viven en la pobreza son devastadoras (Programa
Integral Nacional para el Bienestar Familiar [INABIF), 2024]. Los colapsos
financieros mundiales han provocado inevitablemente que las personas no puedan
cuidar de sus hijos y se vean obligadas a dejarlos con una institución que
pueda proporcionarles comida y cobijo (The Care Crisis, 2022).
Todos los indicios apuntan a
que la devastación económica de la pandemia no sólo afectará a Perú y América
Latina. El total de víctimas mortales a nivel mundial a causa del COVID-19 ha
superado los 7 millones de personas (Organización Mundial de la Salud, 2023).
Esto dejará inevitablemente a muchos niños sin padres o cuidadores. Los
expertos en bienestar infantil temen que el número de niños abandonados en
respuesta a la pandemia desborde los centros de atención y conduzca a futuros
aún más inciertos (Hillis et al., 2021). Ahora es el momento de contar con un
modelo práctico que proporcione la estructura y el marco necesarios para
aprovechar las mejores oportunidades para el futuro de cada niño.
Alrededor de 4,1 millones de
niños peruanos viven en la pobreza y luchan contra el abandono, la falta de
hogar y la violencia familiar (Perú: Evolución de la pobreza monetaria
2011-2022, s.f.). Sin embargo, los programas de atención institucional y residencial,
con escasos recursos, suelen estar mal preparados y no cuentan con la formación
adecuada para proporcionar a los niños que viven la experiencia de la pobreza
multidimensional con los mejores servicios posibles (Molina, 2020; Procter et
al., 2023). Aunque el seguimiento de los datos por parte del Ministerio de la
Mujer y Poblaciones Vulnerables ha avanzado significativamente en la última
década, los datos comunicados muestran lagunas considerables en el acceso a la
atención de bienestar infantil. Las estimaciones sugieren que aproximadamente
100.000 niños necesitan acceder a programas de atención residencial de
bienestar infantil en Perú (Desmond et al., 2020). Esta cifra ha aumentado
rápidamente en los últimos años debido a la pandemia de COVID-19 y a la
ampliación de las desigualdades económicas (Programa Nacional Integral de
Bienestar Familiar, 2023).
La economía de Perú sigue
sintiendo los trastornos económicos de la pandemia, con un aumento de las
diferencias salariales, del empleo en el sector informal y de los precios. Casi
una quinta parte de la población peruana vive con menos de 100 dólares mensuales.
Aunque el gobierno peruano calcula que hay más de 240 centros de atención
residencial (CAR) en el país, la necesidad supera con creces los recursos
disponibles (Dirección de Políticas sobre Niñas, Niños y Adolescentes, s.f.).
Las organizaciones sin ánimo de lucro también luchan por solventar los costes
de los programas y servicios para niños y familias desatendidos. La creciente
inflación en Perú alcanzó el 6,82% (la más alta en 26 años en marzo de 2022), y
la disminución del gasto del sector público y privado también han contribuido a
la insuficiencia de los servicios (Velarde y Montoro, 2023). Con el país
languideciendo por los impactos económicos de la pandemia de COVID-19, las
continuas interrupciones de la cadena de suministro de la guerra ruso-ucraniana
y las crecientes tasas de inflación, invertir en la salud y el bienestar de las
comunidades marginadas será problemático (Viollaz et al., 2023). A pesar de los
esfuerzos financieros del gobierno peruano para proporcionar ayuda económica a
las familias que cuidan de los niños que perdieron a uno de sus padres a causa
de la pandemia de COVID-19, las realidades económicas de la pandemia en las
vidas de las personas que viven en la pobreza son devastadoras (INABIF, 2024).
Los quebrantos financieros han llevado inevitablemente a que las personas no
puedan cuidar de sus hijos y se vean obligadas a dejarlos con una institución
que pueda proporcionarles comida y refugio.
Todo indica que la devastación
económica de la pandemia y los cambios en el comercio mundial afectarán a Perú
y América Latina y alcanzarán a niños y familias vulnerables de todo el mundo
(Abdal y Ferreira, 2021). Sin embargo, el cambio de las fortunas económicas se
dejará sentir en el número real de personas desplazadas, que viven en la
pobreza extrema y desconectadas de los recursos que necesitan para construir
las vidas que merecen (Organización Mundial de la Salud, 2023). Esto dejará
inevitablemente a muchos niños sin padres o cuidadores. Los expertos en
bienestar infantil temen que el número de niños abandonados en respuesta a la
pandemia desborde los centros de atención y conduzca a futuros aún más
inciertos (Hillis et al., 2021). Ahora es el momento de contar con un modelo
práctico que proporcione la estructura y el marco necesarios para aprovechar
las mejores oportunidades para el futuro de cada niño.
Recomendaciones
y próximos pasos
Hay millones de niños en todo
el mundo, aproximadamente el 70% de la población mundial, que viven con un
historial de traumas, experiencias adversas, violencia y abandono. Esto incluye
a los niños de los sistemas de bienestar infantil de todos los países. La
investigación ha demostrado que trabajar de una manera informada sobre el
trauma y basada en los puntos fuertes puede aumentar significativamente la
probabilidad de obtener resultados saludables en la vida (Smith et al., 2023;
Procter et al., 2023). Sin embargo, muy pocos programas se centran en
comprender el papel de los enfoques basados en los puntos fuertes a la hora de
trabajar con personas que han vivido experiencias traumáticas.
Para romper el ciclo de
implicación en el bienestar infantil, las familias y los cuidadores necesitan
apoyo para construir un conjunto básico de habilidades que les permitan abogar
con y por los niños. Estas habilidades son algo más que la mera aplicación de
prácticas basadas en pruebas, sino una conexión más profunda con una filosofía
global del bienestar infantil. Un modelo filosófico que guía las prácticas
éticas y relacionales de la atención y el apoyo al bienestar infantil (Moriggi
et al., 2020). Los profesionales de la salud y los servicios sociales son
fundamentales para desarrollar habilidades de defensa y apoyar un enfoque del
bienestar infantil basado en los puntos fuertes, informado sobre los traumas y
motivador.
Un enfoque más estructurado y
sistémico de los servicios y el apoyo, que haga hincapié en las prácticas
basadas en pruebas, es esencial para ayudar a los profesionales del bienestar
infantil a crear conexiones y vínculos significativos. Sin embargo, las estrategias
son poco sistemáticas y están desconectadas; según nuestra investigación, es
necesario que exista una hoja de ruta integral que sirva de base para trabajar
con jóvenes y adultos jóvenes institucionalizados en el mundo en desarrollo.
Debe existir una estructura para organizar la prestación de servicios de
atención y apoyo a los jóvenes y adultos jóvenes en orfanatos, centros de
atención residencial o programas de acogida.
Cada año se publican cientos
de artículos de investigación en revistas y publicaciones revisadas por
expertos sobre las mejores prácticas para trabajar con niños que viven en
situación de abandono, cuidado institucional, orfanatos y dentro del sistema de
bienestar infantil. Sin embargo, no existe ningún modelo o marco consensuado
que ayude a integrar estas ideas y prácticas en la prestación de cuidados.
Existen numerosos modelos bien desarrollados que ayudan a explicar cómo
funciona el cerebro de un niño traumatizado y cómo trabajar con alguien que ha
vivido experiencias infantiles adversas (Weems et al., 2021). Sin embargo, no
existe un marco consolidado para integrar las mejores prácticas en un marco
culturalmente relevante y basado en la comunidad para ayudar a los proveedores
de servicios a conectar con los niños que viven en acogimiento alternativo e
impulsar los resultados para y con ellos.
La solución es sencilla pero
increíblemente desafiante. Se necesita un modelo estandarizado y basado en
pruebas para aplicar un marco de formación que pueda utilizarse con una amplia
gama de jóvenes y adultos jóvenes en entornos de bienestar infantil para formar
a cuidadores y proveedores de atención sanitaria en un enfoque holístico de
apoyo a los niños en acogimiento residencial y alternativo. Dicho marco
proporcionará un formato sistemático y estructurado para introducir y reforzar
una cultura de concienciación, conexión y empoderamiento. Esta metodología
holística apoya la máxima fidelidad a los protocolos y prácticas
estandarizados. Dentro del modelo hay una metodología de Comunidad de Práctica
que invita a la adaptación local para implementar prácticas basadas en la
evidencia para abordar las diversas necesidades de los jóvenes y adultos
jóvenes sin hogar, abandonados y marginados en los países en desarrollo (Benjet
et al., 2016). El marco también incluye herramientas y directrices de mejores
prácticas consolidadas y respaldadas por pruebas para organizar las
actividades, el entorno construido, la dotación de personal y la prestación de
servicios en los entornos de cuidados alternativos y residenciales de bienestar
infantil de los países en desarrollo y de ingresos medios (Wenger, 1998).
Conclusiones
Una cosa que se ha hecho
evidente en nuestra investigación para desarrollar y validar un plan de
formación para los proveedores de servicios de bienestar infantil es que la
formación es insuficiente. Nuestra investigación demuestra que el cambio de
cultura es fundamental para que una organización pueda servir mejor a los
jóvenes y adultos jóvenes marginados. Este cambio cultural debe incluir un
compromiso con un nuevo marco por parte de la dirección y una toma de
conciencia por parte de todos los elementos de la organización.
Hemos titulado a este nuevo
marco Comunidades de excelencia, una comunidad de cuidadores basada en la
comprensión fundacional de la conciencia, la conexión y el empoderamiento.
Pretendemos integrar un enfoque informado sobre el trauma, basado en los puntos
fuertes y en la mejora de la motivación para trabajar con niños que han sufrido
traumas, violencia, abandono y negligencia. Este marco equilibra nuestra visión
del mundo a través de un compromiso y una experiencia más profundos con la
concienciación, un nivel más profundo de conexión con uno mismo y con los
demás, y una apreciación completa del empoderamiento que prospera en todos
nosotros.
Figura 1
El núcleo del modelo de las Comunidades de
Excelencia
Aunque no existe un enfoque
universal de la formación que abarque plenamente todas las necesidades
matizadas y los retos de trabajar con jóvenes y adultos jóvenes que han vivido
experiencias de trauma, violencia, negligencia y experiencias adversas, nuestro
equipo cree que unos proveedores de atención mejor formados, unas comunidades
dedicadas a la concienciación, la conexión y el empoderamiento conducirán a
mejores resultados en la salud y el curso de la vida de miles de jóvenes y
adolescentes marginados.
Esta investigación sobre el
modelo de las Comunidades de Excelencia no se presenta como un análisis
autorizado o exhaustivo, sino como una contribución al diálogo académico en
curso. Nuestro enfoque se basa en experiencias de primera mano y en la información
disponible públicamente, que reconocemos introduce limitaciones inherentes,
incluidos posibles sesgos y lagunas de perspectiva. Nuestra comprensión de las
políticas, prácticas, opiniones e intervenciones que configuran la prestación
de servicios de bienestar infantil en Perú es incompleta.
Como tales, no planteamos
nuestras reflexiones y percepciones como una conclusión definitiva, sino como
una invitación a una investigación académica y erudita más amplia y rigurosa.
Al codificar los diversos elementos de los servicios de bienestar infantil,
pretendemos ofrecer una base para futuras investigaciones al tiempo que
fomentamos el compromiso crítico y el desarrollo de marcos más amplios. En
última instancia, este trabajo es un punto de partida para una exploración más
profunda y una erudición colaborativa en esta área vital.
Los autores reconocen
plenamente que la clave de un cambio sostenible para los niños que viven en el
sistema de bienestar infantil es crear un modelo que pueda influir en todos los
niveles y capas de influencia. Nuestro equipo está trabajando en un modelo para
apoyar a un niño a medida que avanza por las distintas etapas del sistema de
cuidados alternativos y bienestar. Este amplio enfoque incluye a los niños que
viven en un hogar donde la familia no cuenta con el apoyo que necesita para
mantener a sus hijos, y un modelo que pueda acompañarlos mientras recorren los
numerosos pasos y etapas de su vida actual y futura. Todos los niños merecen
una vida basada en la salud, la esperanza, un hogar y un propósito. Todos
debemos trabajar juntos para lograr este importante objetivo.
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